sábado, 28 de agosto de 2010

Soledad...



Soledad que me acompañas desde siempre,
que mi camino de memoria te conoces.

Que cuando parece que me dejas, reapareces,
pues detrás de mis pasos tú te escondes.

Que conoces mis miedos más ocultos y
consuelas mi corazón desilusionado.

Custodia de mis días infinitos,
olvidate de mí por unas horas
y déjame revivir ese amor ingrato
al que un día creí
me arrebataría de tu lado.




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