Hoy tocó facer la ruta les Xanes.
Con un día estupendo iniciamos la subida a las 11:30 h. observando la belleza de todo lo que nos rodeaba y escuchando el sonido del agua en el fondo del desfiladero.
Un cielo azul con alguna nube a lo lejos y el sol pegando en las paredes de roca, nos hacía aminorar la marcha cuando al doblar un recodo nos cegaba y no dejaba ver el estrecho sendero.
Poco a poco nos acercamos a la cima dónde el rio les xanas ya nos acompaña al lado del camino y dónde se agradece el poder refrescarse en sus frias y cristalinas aguas.
Ya a la salida de la gran arboleda nos espera la Rectoral con el viejo Texu, que nos dará cobijo y sombra mientras reponemos fuerzas.
Un pequeño paseo por el pueblu de Pedroveya para bajar la comida, tomar un café y de nuevo nos ponémos en marcha para iniciar el descenso hasta Villanueva.
De regreso al aparcamiento, nos cambiamos, cojémos el coche y nos acercámos hasta Proaza dónde nos esperan unos buenos culinos de sidra pa refrescarnos.
"Nun vimos ninguna Xana en tol desfiladeru, pero mereció la pena el paseo y de seguro al caer la tarde ellas saldrán como hacen cada día y hablaran de todos los que pasámos tan cerca sin verlas:
¿Viste al de les botes azules?, ¿y a la de la camiseta rosa? ó ¿a aquellos despistáos que casi caen de bruces al asustáse con un lagartija?... ellas están ahí y seguirán estándolo, porque son xanes, son hadas mágicas."
Un cielo azul con alguna nube a lo lejos y el sol pegando en las paredes de roca, nos hacía aminorar la marcha cuando al doblar un recodo nos cegaba y no dejaba ver el estrecho sendero.
Poco a poco nos acercamos a la cima dónde el rio les xanas ya nos acompaña al lado del camino y dónde se agradece el poder refrescarse en sus frias y cristalinas aguas.
Ya a la salida de la gran arboleda nos espera la Rectoral con el viejo Texu, que nos dará cobijo y sombra mientras reponemos fuerzas.
Un pequeño paseo por el pueblu de Pedroveya para bajar la comida, tomar un café y de nuevo nos ponémos en marcha para iniciar el descenso hasta Villanueva.
De regreso al aparcamiento, nos cambiamos, cojémos el coche y nos acercámos hasta Proaza dónde nos esperan unos buenos culinos de sidra pa refrescarnos.
"Nun vimos ninguna Xana en tol desfiladeru, pero mereció la pena el paseo y de seguro al caer la tarde ellas saldrán como hacen cada día y hablaran de todos los que pasámos tan cerca sin verlas:
¿Viste al de les botes azules?, ¿y a la de la camiseta rosa? ó ¿a aquellos despistáos que casi caen de bruces al asustáse con un lagartija?... ellas están ahí y seguirán estándolo, porque son xanes, son hadas mágicas."
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