sábado, 7 de agosto de 2010

Día perfecto




Ayer fué uno de esos pocos días perfectos...
Me levanté de muy bien humor, me calcé las zapatillas y salí a correr por la senda del rio en compañía de mi perrita. El sol aún no calentaba mucho, a esa hora la gente aun está en casa y Luna pudo disfrutar corriendo y bañándose en el rio unas cuantas veces.
La ducha me abrió el apetito, hacia días que apenas me entraba nada y me fuí al trabajo contenta, aunque el turno de tardes no me gusta nada.
La jornada de trabajo pasó rápida, tranquila y casi sin darme cuenta estaba de vuelta en casa, dónde Luna me esperaba para su paseo.
Pero anoche fué distinto.
De camino al parque me encontré con unos amigos que iban a tomarse unas sidras, así que fuimos todos juntos.
La noche estaba preciosa y sentados en la terraza de la sidrería entre culete y culete, unas tapitas, risas, bromas y viendo a Luna jugar con todo el mundo pensaba que hacía tiempo que no disfrutaba de un día así.
Está por terminar otra semana desde que tomé la decisión y cada día que pasa estoy más convencida de haber hecho lo correcto y más sabiendo ahora como es en realidad esa persona.
Espero tener a partir de ahora muchos de estos días perfectos...


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