


Este es el pequeño cuento de una india y los nenúfares, bellas plantas que se llaman Vitória Régia.
"Había una vez una bella muchacha que vivía en el corazón de la selva amazónica.
Naia era la joven más hermosa de una tribu india que se había establecido junto a un lago de aguas claras. Durante el día permanecía encerrada en su cabaña, soñándo y aguardando impaciente la llegada de la noche, pues sólo entonces podía ver a su gran amor.
Naia se había enamorado de la luna, y cuando ésta brillaba en el cielo, pasaba horas y horas contemplándola embelesada.
Una noche vio que su amada luna no sólo estaba en el cielo estrellado, sino que también reverberaba en las aguas cristalinas del lago.
Naia pensó que había bajado a darse un baño, y como deseaba estar muy cerca de ella, más cerca que nunca, saltó al agua para unírsele. Pero el lago la arrastró hacia las profundidades y no volvió a dejarla libre.
La luna se puso muy triste cuando advirtió que la bella Naia había muerto por el amor que le profesaba. Miraba una y otra vez el lago convertido en sepultura y lloraba, pues sabía que nunca volvería a ver a la joven.
Tan acongojada estaba que para calmar su pena convirtió aquel lago en un bello jardín de nenúfares."
Naia era la joven más hermosa de una tribu india que se había establecido junto a un lago de aguas claras. Durante el día permanecía encerrada en su cabaña, soñándo y aguardando impaciente la llegada de la noche, pues sólo entonces podía ver a su gran amor.
Naia se había enamorado de la luna, y cuando ésta brillaba en el cielo, pasaba horas y horas contemplándola embelesada.
Una noche vio que su amada luna no sólo estaba en el cielo estrellado, sino que también reverberaba en las aguas cristalinas del lago.
Naia pensó que había bajado a darse un baño, y como deseaba estar muy cerca de ella, más cerca que nunca, saltó al agua para unírsele. Pero el lago la arrastró hacia las profundidades y no volvió a dejarla libre.
La luna se puso muy triste cuando advirtió que la bella Naia había muerto por el amor que le profesaba. Miraba una y otra vez el lago convertido en sepultura y lloraba, pues sabía que nunca volvería a ver a la joven.
Tan acongojada estaba que para calmar su pena convirtió aquel lago en un bello jardín de nenúfares."
No hay comentarios:
Publicar un comentario