Cuando el cielo empieza a cubrirse con enormes nubarrones que amenazan tormenta, piensas en estos cuatro meses pasados: La sordera súbita, las malas noticias, los malos días, los mareos, los dolores de cabeza, ese mal genio que no puedes controlar..., tantas cosas que pasan por tu mente: Tu trabajo, tus aficiones, tus planes de futuro..., nada te sale bien, todo lo ves negro..., y te preguntas: ¿Porqué a mí?, ¿porqué?, y no encuentras respuesta. La gente que te rodea, te dice: Ten paciencia, todo se arreglará, los avances en la medicina son grandes, no te preocupes...
Pero tú sigues con ese run run dentro de tí que no te deja vivir, que te va minando poco a poco, te hace perder el control y haces daño a la gente que más quieres.
Y un día, en tu interior una debil voz te dice: Ten fé, y recuerdas otros momentos malos en tu vida, hace años, y una figura aparece delante de tu rostro: "Estoy aquí, yo te protejo, nada te pasará." Sí, ahí está, mi Santiaguín mirándome a los ojos, siempre estuvo ahí, nunca me falló y una vez más le pides que todo salga bien. Él ha cumplido su parte y ahora le debo una visita, espera que le acaricie la chepita con cariño y le dé las gracias...
"Después de la tormenta viene la calma y esos nubarrones han desaparecido y vuelve a lucir el sol..."
El neurocirujano me dió la buena noticia: "El tumor está ahí, pero vamos a dejarle en paz, las resonancias y los estudios hormonales lo tendrán controlado y tú puedes hacer vida normal". Escuchar esto hizo que me sintiera viva de nuevo, con energía y fuerza suficiente para afrontar cualquier reto que se me presente...
Con la luna nueva de hoy comienza una nueva etapa en mi vida, con nuevos planes, nuevas ilusiones, ser feliz y hacer feliz a la gente que te rodea, que te apoya y hacer realidad en este año lo que nosotros dos sabemos...
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