Escribo esto mientras él se encuentra en la ducha, esperando para salir a cenar, tomarnos unas copas y dar un paseo por estas calles empedradas y estas paredes llenas de historia.
Este ha sido un viaje relámpago, sin planificar y está saliendo todo muy bien.
Hemos ido esta mañana a ver a mi Santiaguín, le acaricié la chepita mientras le daba las gracias y le pedía por toda la gente que quiero y aprecio.
Mientras trabajaba el viernes por la mañana se me pasó la idea por la cabeza, un par de llamadas y acá estámos, descansando de estos dos duros meses y dejándome mimar y querer.
Mañana regresarémos a la rutina, pero estos dos días han sido muy especiales para los dos.
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