lunes, 27 de diciembre de 2010

A cierta edad





"A los cincuenta se sabe que batalla no combatir".

"A los cincuenta, la loca del ático rompe sus cadenas, baja las escaleras a pisotones y le pega fuego a la casa. Ya nunca volverá a estar presa". (Erica Jong, en Fear of Fifty).

"Después de los cincuenta te dejas de estupideces". (Isabel Allende).

Una cincuentona no pierde el tiempo esperando esa segunda, tercera ó cuarta oportunidad de conseguir una vida esplendorosa, ¿porqué?, porque ya no tiene tiempo para el dolor, la ira, la furia difusa, los celos ó la envidia.

"He disfrutado mucho de ese segundo florecer que llega cuando acaba la vida de las emociones y las relaciones personales, y de repente te encuentras con que, pongamos a los cincuenta, una vida nueva por completo se ha abierto ante tí, llena de cosas sobre las que pensar, estudiar ó leer. Es como si te recorriera una savia fresca de ideas y pensamientos", revela Agatha Cristie en su autobiografía.

Coco Chanel nos recuerda que "la naturaleza te concede la cara que tienes a los veinte, la vida da forma a la cara que tienes a los treinta, pero depende de tí ganarte la cara que tengas a los cincuenta".

Mientras la cara que te devuelve la mirada sea autentica, te puedes llamar lo que quieras porque eres feliz, pero no me llames bruja, porque se puede ser sabia sin convertirse en un esperpento.

A estas alturas de su vida las mujeres se encuentran tan repletas de energia y capacidad como nunca se sintieron antes. Los conflictos que tanto socavaron su energia emocional ya han remitido.

"La influencia dominante en el bienestar de una mujer no son sus ingresos ni su estado civil; el factor más decisivo es la edad. Cuanto más mayores, más felices". (Gail Sheehy, en Happing Your Life Across Time).



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