Con las manos
se forman las
palabras,
con las manos
y en su
concavidad
se forman
corporales las
palabras
que no
podíamos decir...
Hay palabras que perduran en la memoria, alimentándose de los sentimientos que las riegan, haciéndolas florecer y cobijar el alma desprotegida. Otras, ojalá las menos, se pudren en nuestro interior y convocan a la muerte anticipada. Las demás, como a nosotros, se las lleva el viento...
Hay palabras dichas en momentos de rabia, ira, enfando que deberían estar pudriéndose en nuestro interior pero salen y lastiman.
Esas palabras son las que hay que olvidar y dejar que el viento las lleve lejos.
Hay palabras dichas en momentos de rabia, ira, enfando que deberían estar pudriéndose en nuestro interior pero salen y lastiman.
Esas palabras son las que hay que olvidar y dejar que el viento las lleve lejos.
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