Pero se ha acabado el trabajo y el fin de semana he podido hacer lo que realmente me gusta, bucear, descansar y disfrutar de nuestro mar. Y se ha portado bien, ha estado en calma y nos ha dejado disfrutar de sus bonitos fondos en nuestras inmersiones en las Gemelas.
Y hoy ha sido un día especial, con los paseos subacuáticos en la playa de Poniente, en las jornadas de la mar...
Ver la cara de los niños entusiasmados, ansiosos mientras les colocabas el equipo de buceo, atentos a mis explicaciones y más cuando una vez en el fondo y de mi mano veías la alegria en sus ojos y esa media sonrisa al mirarme fascinados e intentando coger algún pequeño pececillo con su mano libre o alguna pequeñita caracola o concha enterrada en la arena y que cogian y me enseñaban como un gran tesoro, que yo les guardaba para entregarselo una vez en la playa. Y salian con una gran sonrisa y me decian "vaya guay Amparo" mientras les quitaba el equipo y les entregaba su pequeño tesoro y corrian en dirección a sus padres para enseñarles lo que habian cogido y contarles como habia sido el paseo bajo el agua.
Sí, ha sido un día especial, me he sentido bien haciendo feliz a unos cuantos niños y ahora me siento agotada y cansada pero no me importa, este cansancio no es de trabajo, es de hacer lo que realmente me gusta y he tenido la recompensa más grande por ello y es esa sonrisa inocente de un niño al que hiciste feliz descubriéndole un mundo distinto y nuevo bajo el mar...