Esta noche he soñado con los veranos pasados con mi abuelo en los campos de Castilla…
Me veía corriendo por las calles empedradas del pequeño pueblo detrás de las ovejas, acompañada de un mastín tan grande como yo y en dirección a los pastos cerca del río…
Me gustaba ir con el pastor y su perro para poder estar metida en el agua con los otros niños del pueblo y desafiarles a cruzar hasta la otra orilla.
Tardes enteras de juegos, travesuras, baños…y al caer la tarde de vuelta al pueblo dónde mis abuelos me esperaban con un tazón de leche de oveja con cereales y mi abuelo me contaba historias…
Esos veranos donde yo podía estar sola con los abuelos, lejos de mis hermanos y mis padres eran unas vacaciones casi obligadas, pues el clima seco me venía bien, ó eso decían.
Años después volví a recorrer esas mismas calles y a cruzar ese mismo puente sobre el río, pero no había niños en las calles, ni ovejas en los pastos…y apenas agua en ese río…
El abuelo y sus historias se han ido, pero en mi mente quedan esos recuerdos tan celosamente guardados que a veces vuelven y me hacen sentir feliz…
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