Al igual que las plantas luchan por salir a la superficie en cualquier lugar y en condiciones extremas, nosotros luchamos a diario en nuestro trabajo, en nuestra casa, en la calle... nuestra vida es una auténtica competición para lograr una meta, unos fines determinados que nos hagan felices
Conozco personas que han conseguido esas metas y dicen:"Tengo todo lo que deseé, pero no soy feliz".¿Y dónde está realmente la felicidad?
Quizás en las cosas pequeñas, insignificantes y que están al alcance de cualquiera
Yo soy feliz viendo a mis sobrinos jugar y reir
Me hace feliz ver las caras maravilladas y de asombro de los alumnos bajo el agua en un curso de buceo cuando descubren el mundo submarino
La complicidad entre mis padres después de 50 años juntos me hace feliz
Me siento feliz recostada en el sofá de mi casa con una copa de vino y escuchando mi musica preferida después de un día agotador
No sé, quizás exigímos, pedímos demasiado de la vida, estámos más atentos a esa competición que dejámos pasar esos momentos maravillosos o no les prestámos la suficiente atención y de ahí ese vacío, esa falta de felicidad
Y sí, aunque haya momentos en lo que todo te va mal y no ves una salida, o estás triste y dolida por una perdida o una traición, siempre hay un pequeño momento de esos para hacerte feliz
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