No siento los pies y me cuesta mover los dedos de las manos.
Acabo de llegar de una de mis rondas y estoy helada, de nada sirven los guantes ó el gorro de lana.
Hace frio esta noche, se mete en los huesos y ni el café calentito me hace entrar en calor.
Aún quedan por delante otras cuatro horas de trabajo y serán las peores pues la temperatura sigue bajando y estámos en -4 grados.
Sólo quiero llegar a casa, meterme en la cama calentita y dormir sin pensar en nada más.
Es la última noche de trabajo y se está haciendo demasiado larga...
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