sábado, 23 de abril de 2011

Bolero



Las "Tristezas"

Tristeza me dan tus penas, mujer.
Profundo dolor, no dudes de mi.
No hay pena de amor que deje entrever
cuando sufro y padezco por tí.
La suerte es adversa conmigo,
no deja ensanchar mi pasión.
Un beso me diste un día,
lo guardo en el corazón.



Pepe Sanchez (1883)

Lucía




Con la mirada perdida y sentada en aquel taburete de la barra del bar escuchaba sin oir las palabras de aquel cincuentón llenas de halagos, proposiciones, un montón de sandeces y con la sonrisa forzada esperaba que se terminara su copa y se largara para hacer caja, cerrar el chiringuito e irse a dormir.

Esa noche le tocaba a ella cerrar y estaba cansada; había entrado a las seis de la tarde y después de diez largas horas aguantando a todo tipo de babosos, sólo quería darse una ducha, quitar ese olor a tabaco y bebida que se incrustaba en su cuerpo cada noche y meterse en la cama y olvidar otro día igual al anterior.

Había salido de su casa detrás de un novio que le prometió mil cosas, que la puso a trabajar en ese bar de copas y no encontraba la forma de salir de ahí, de olvidar tantas y tantas promesas no cumplidas.
Aún no habia cumplido los veinticuatro años, tenía un bonito cuerpo que levantaba más de una mirada a su paso pero le faltaba la decisión, la fuerza para dejar esa vida impuesta y salir huyendo.

Se abrió la puerta del local dejándo paso al sereno de turno que con naturalidad se le acerca, le dá una palmadita en el hombro y le dice al cliente que es hora de cierre. El hombre se levanta, deposita dos billetes de mil pesetas en la barra y sale a la calle.

¿Has tenido buena noche Lucia?
Se sienta a su lado, la contempla, suspira y susurra: "Si fueras mi hija estarías hace rato durmiendo en la casa y no aquí aguantando borrachos cada noche por unas miseras pesetas, dejándote la juventud entre estas cuatro paredes día tras día". ¡Anda niña, recoje todo esto que te acompaño a la pensión!

El aire frio de la noche, ya madrugada, le azota en la cara y se enrosca en su abrigo. Juntos bajan la calle hasta el cruce, desierto a esas horas y se paran en un antiguo portalón de madera, dónde se encuentra su hogar desde hace casi dos años.
¡Hasta mañana Matias y gracias!, dice la chica cerrando la puerta.

Las viejas escaleras la conducen al segundo piso, entra en la cocina, se calienta un vaso de leche con miel y se dirige a su dormitorio, dónde se quita la ropa y se mete en la ducha. Un escalofrio recorre su cuerpo cuando el agua templada se desliza por su cuerpo, cierra los ojos y recuerda la casa de sus padres siendo una niña, las bromas de sus hermanos, su habitación llena de muñecas, peluches, libros y aquellos sueños dónde se imaginaba al lado de un chico que la llevaría a recorrer el mundo...


domingo, 17 de abril de 2011

Heute Abend




Heute Abend kann ich träumt, dass ich weit weg bin.
Ich bin in einem schönen einsamen Strand.
Die Wellen waschen über meinen Körper
und das Rauschen des Meeres entspannt mich...


Heute




Hoy me he tomado la tarde libre. Necesitaba espacio para mi y tambien para Luna.
Aprovechando el buen tiempo nos escapámos hasta la playa. No habia mucha gente y Luna pudo correr a sus anchas, meterse en la agua una y otra vez para luego venir a mi lado y soltar toda la arena en mi toalla ó buscar la sombra de mi cuerpo.
La tarde pasó demasiado rápido pero he regresado a casa de buen humor y como suele decirse con las pilas cargadas para unos dias.



Ich habe den Abend frei genommen. Ich brauchte Zeit für mich und auch für Luna.
Auf gutes Wetter und gingen zum Strand. Viele Leute hatten nicht und Luna laufen konnte und ins Wasser zu schwimmen, dann kam der Sand auf meinem Handtuch fallen und suchen den Schatten meines Körpers
Der Abend passiert zu schnell aber ich glücklich nach Hause zurück und wie sie sagen mit meine Batterien für ein paar Tage aufgeladen.



martes, 12 de abril de 2011

Nun deberíamos...



Nun debería decilo, lo sé, ¿y qué faigo?
pero hoy viniste a mí, casi sin pensalo,
y dejémonos atrapar por el ayer
que nun nos deja nunca olvidar…

Nun debería pensar en ti, nun debería…
pero esti corazón ye débil y aún palpita
cuando vienes a mí y dícesme que
algo vive todavía, ¿y qué faigo?

Aunque hoy sea tó diferente,
sin ilusiones que nos faigan volar,
sin pensamientos que nos faigan delirar,
solo con el deséu que nos consume.

Nun debería pensar en ti como quisiera
pero hoy dexé que tus manos atravesaran
esti cristal abstractu, fríu y derritiste mi piel
con caricies excitantes y prohibíes.

Nun debería lo sé, pensar en ti, ¿y qué faigo?
dejarme atrapar por la locura,
dejarme desnudar con tu mirada,
pero el amor me vencerá, toy segura.

Nun podré contra él ni contra ti
y con tus besos volveré al deliriu
de ser muyer amada y tú mi tiernu amante
en el tiempu que nos dexe el destinu.

Mañana tal vez diré al mar a recordáte,
a recoxer esi sueñu tuyo y míu
de caminar abrazaos po la playa,
de amarnos desnudos en la arena…

Ye lo que tenémos, lo que nos queda,
un pedazu cielu, un océanu, un huertu
donde sé que tás tú, donde me encuentres.
Nun debería pensarte, lo sé… pero te pienso.


Ahora...



Mientras revisaba el correo en uno de los pocos momentos que tengo libres pensaba en lo mucho que me ha cambiado la vida en estos dos últimos meses.
Hablaba de ello con una amiga y siento nostalgia de mis cosas, de mi casa, de mi independencia...

Ya no tengo una vida propia, ahora vivo pendiente de mis padres, en su casa y rodeada de tantos y tantos recuerdos de mi infancia.
Paso por mi casa alguna vez, cuando regreso de mis clases de alemán para mirar el buzón del correo, coger algún libro ó alguna prenda de ropa que necesito.

He bajado a Luna a su sesión de peluquería e incluso a ella se le hacía raro entrar en la casa, todo lo olía, no dejó un rincón sin investigar, se instaló encima de la cama mientras cogía mi equipo de bucear y no quería irse. Ella tambien echa de menos sus juguetes, su cama y sus mimos diarios.
Prefiero no pensar en ello y continuar adelante.

El sabado he ido a bucear con el club y me ha servido para olvidarme de todo, pero el domingo han regresado mis compañeros del viaje a Berlin contándome lo bien que lo han pasado y me entristeció el no haber estado allá con ellos.
Aún me quedan unos días de vacaciones e intentaré descansar para afrontar esta nueva etapa en mi vida.