Dos días...

Sólo dos días de trabajo y rumbo al aeropuerto.
Comienza ese viaje programado y mis merecidas vacaciones.
Preparando maletas y revisando documentación...

Trabajo...

Un nuevo amanecer de regreso a casa después de una larga noche de trabajo.
Muchas puestas de sol y muchos amaneceres contemplo desde mi coche mientras voy y regreso del trabajo cada día.
El sol se guarda en el horizonte y la gente regresa a sus casas mientras yo me dirijo al trabajo.
El sol sale, primero timidamente, luego con todo su explendor y la gente sale de sus casas mientras yo regreso muerta de sueño con ganas de meterme en la cama.
Yo trabajo mientras la gente duerme y las noches se hacen demasiado largas.
Cuando mi trabajo finaliza estoy agotada y el trayecto de vuelta a casa se hace eterno mientras el sol me pega en la cara y el sueño intenta vencerme.
Es casi un privilegio contemplar esos amaneceres espectaculares pero hay dias dónde casi prefiero que el sol no salga tan pronto y poder llegar a casa tranquila, dónde sólo las vacas en el prado junto a la casa con sus cencerros dan señales de vida pues el pueblo aún duerme y yo sólo quiero dormir.

Amanecer

Nuevo amanecer en el pueblo en este nuevo mes que comienza, con sólo ocho días de trabajo por delante antes de las merecidas vacaciones y se acabaron las noches hasta septiembre.